Se identifica un problema social
en la jurisdicción del municipio de Itagüí, con base a la controversia de sus gobernantes
que con sus acciones menoscaban el ejercicio del poder y la fe del pueblo al
que representan.
Descrédito denunciado por
actuaciones del 2012, que vincula directamente al señor Alcalde y 17 de sus
posicionados concejales de la administración actual, cierto o no es competencia
de la rama judicial aclarar tal situación que genera incertidumbre política de
sus gobernantes, sus actuaciones y lógicamente sus decisiones en función de la
tal corporación.
Corrupción política que busca
hacer un mal uso del poder es este caso el público, pero con que moral se
gobierna, cuando quien es llamado a liderar con valores y total transparencia
es quien se encuentra cuestionado, lo mismo el corporativo encargado de dictar
las normas necesarias para el control, preservación de lo cultural, del
presupuesto y del desarrollo municipal.
¿Que se dejará para el resto de
la institucionalidad?, sería el gran interrogante que abruma a la sociedad
itaguiseña.
El municipio no está en sus
mejores momentos, lejos está de ser el referente de seguridad de otros tiempos,
hoy se pierde en delitos que afectan la seguridad ciudadana, los hurtos a la
orden del día son el resultado de malas decisiones y falta de planeamiento de
intervención en todo sentido, recordemos la ley de Pudder “Todo lo que empieza
mal, acaba peor”.
Esperemos que este bello
municipio del sur del Valle de Aburrá, salga adelante con esta tan cuestionada
administración y que sea no solo la historia quien se encargue de impartir
justicia.
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